En septiembre del año pasado, durante nuestra Jornada de Fin de Temporada en Cantarriján, Luis Aragón y Carlos Ferrón, ambos concejales del Ayuntamiento de Almuñécar-La Herradura, nos ofrecieron una magnífica cata de frutos Tropicales en la propia playa. La actividad tuvo tanto éxito que ambos ediles nos propusieron la idea de realizar una visita al lugar de donde provenía esa fruta y así conocer de primera mano el proceso de plantación, recolección, etc…
La imagen era del todo atractiva y novedosa para nosotros: Realizar una excursión entre plantaciones de árboles frutales y disfrutar y entender con mayor profundidad el hábitat tropical tan especial que tenemos en Almuñécar.
Así, poco a poco, se fue gestando todo este proyecto que por fin pudimos hacer realidad el pasado domingo 19 de mayo y que ahora os vamos a contar.
Pero poco podíamos imaginar las maravillas que íbamos a ver y a experimentar durante esa mañana.
LA FINCA TROPICAL
Llegamos a las 10:30 al punto de reunión fijado en las inmediaciones de la Finca, llamada “Herradura Coffee Farm”, y que está ubicada en pleno diseminado del Rio Jate de La Herradura (Almuñécar).
Aparcamos nuestros vehículos a pie de carretera, muy cerca del deslinde de entrada. Luego comenzamos a desnudarnos y a dejar toda nuestra ropa bien guardada en los maleteros de los coches.
Allí no nos haría falta más que una gorra para cubrir nuestras cabezas de un sol que ya comenzaba a golpear con vehemencia a esas horas de la mañana.
Veíamos la autovía muy cerca, pero lo cierto es que al entrar en la Finca, tienes la curiosa sensación de encontrarte en una lugar muy aislado del resto del mundo. Todo inmensamente verde hacia donde miraras, con los sonidos del viento y de las aves autóctonas rodeándonos y que parecían saludarnos. Se transmitía una paz y un silencio natural que solo era interrumpido por nuestros comentarios de verdadero asombro.
A nuestro grupo se había unido también Daniel Barbero, Teniente Alcalde de La Herradura y máximo responsable del Patronato de Turismo del municipio. Fue una muy grata sorpresa porque no sabíamos que nos acompañaría durante esa la visita. Vestido, eso si, pues su cargo y representación oficial así lo requería en ese momento.
Pero eso era del todo entendible y no nos importó en absoluto. El hecho de que un gobernante muestre constante y abiertamente su apoyo a una asociación naturista, como es la nuestra, es ya un verdadero privilegio y una “rara avis” entre las administraciones autonómicas y nacionales. Mucho hay que aprender de Almuñécar sobre la normalidad de la desnudez y más cuando esta normalidad viene refrendada por sus propios políticos
El dueño de la Finca, Manuel Mateos, nos recibió en la entrada, junto a Carlos Ferrón, Concejal de Agricultura y Medio Rural del Gobierno del municipio. Carlos es también, y ante todo, Ingeniero Agrónomo. Y de los buenos además, por lo que ya sabíamos por propia experiencia que sus explicaciones iban a ser muy enriquecedoras para nosotros durante la excursión por la Finca.
Comenzó nuestra visita con una introducción del lugar por parte del propietario, quien nos puso en antecedentes de como comenzó a forjarse “su gran sueño” de cultivar casi cualquier cosa en su finca, queriendo hacer de ella un grandioso laboratorio experimental y natural basado en la técnica de la Permacultura. Es decir, crear un ecosistema de desarrollo sostenible sin explotar recursos naturales por encima de las posibilidades del cultivo ni causar contaminación.
Manuel, que transmite una enorme fuerza y pasión con sus palabras y explicaciones, nos contó un poco la historia de su familia, (de gran arraigo en Almuñécar) y de como decidió cambiar su vida en la naturaleza apostando por el conocimiento del agroturismo como un beneficio más a añadir al tejido socioeconómico de su ciudad.
A la entrada de la finca, lucía esplendoroso el árbol de Mango más antiguo existente en la península ibérica, plantado hacía décadas atrás por su abuelo, cuando los mangos apenas existían ni se conocían en estas latitudes.
Luego paseamos entre otro sinfín de árboles de Mangos a cual más majestuoso.
Carlos nos iba también explicando todo lo que veíamos y cualquier detalle que resultaba interesante sobre los distintos tipos de cultivos, las características singulares de cada especie, los momentos de su plantación, poda, floración y engorde del fruto, además de los periodos específicos de su recolección.
Era como recibir una masterclass directamente aplicando la teoría y la práctica en el propio terreno.
También nos mostró allí distintas variedades de Aguacates, cuyos frutos se encontraban para recoger y en ellos se apreciaban las enormes diferencias entre variedades, tanto por su forma como por las texturas de su piel.
Pudimos ver a continuación, un enorme bosque formado por Chirimoyos. Algunos de ellos con más de cien años, mostraban la vivacidad y la lozanía en sus hojas y troncos, como si el tiempo no pasara por ellos.
CAFETALES EN LATITUDES IMPOSIBLES
Continuamos nuestro trayecto hasta llegar a lo que quizás sería los más increíble y sorprendente del lugar: La plantación de Cafetales.
Porque en esta finca se establece la plantación de café actualmente más al Norte de la Tierra. No veremos nada igual en toda Europa. Pero es que Almuñécar tiene un clima especial y esa finca es la prueba fehaciente de ello
Nos explicó el proceso de la planta de café, de lo delicado y especial que es su cultivo, de los distintos granos y la pureza según el color del fruto (rojo, verde y negro), de su recolección manual grano a grano e incluso pudimos probarlo directamente de la planta a nuestros paladares. Todo estaba allí, sin invernaderos ni costosos medios productivos con lo que se está intentando experimentar en otros puntos de Andalucía como Málaga, Cádiz y Huelva. Manuel nos explicaba que quiere que su café sea 100% sexitano. Y para ello, lo recolecta, tuesta, muele y vende el primer café europeo del continente.
Spoiler: Nos fuimos de allí con paquetes de ese primer café europeo.
Fue una auténtica experiencia para todos.
También vimos Algarrobos centenarios de los que igualmente probamos su fruto: la algarroba, mientras nos explicaba que su uso es tan variado que incluso se añade al cacao para crear muchas de las tabletas y pastelillos de chocolate que se consumen a diario.
Seguimos paseando durante un buen rato más entre preciosos árboles de todo tipo (Almendros, higueras, Mosteras, etc…)en un entorno espléndidamente verde y salvaje, mientras los rayos de sol atravesaban sus ramajes y daban el aspecto de ser un antiguo bosque de leyenda.
DE ALMUÑECAR A ASIA Y A SUDAMÉRICA
La segunda parte de la visita, hizo que regresáramos hasta nuestros coches, pues todavía había que avanzar unos 500 metros hacia la montaña a través de una escarpada y sinuosa carretera hasta llegar a la parte más alta, más tropical y desconocida de la Finca. Allí nos aguardarían más gratas sorpresas.
Fue una extraña sensación la de retomar la conducción, pero esta vez todos lo estábamos haciendo desnudos, pues ni para eso quisimos vestirnos. Una caravana de automóviles en fila en la que todos sus ocupantes estábamos “al natural”.
Al bajar de los coches, había otro grupo de personas esperando para visitar la zona. Ver las caras de sorpresa al vernos a todos bajar desnudos de nuestros autos, fue indescriptible y la verdad, muy divertida.
Aún así, tras la sorpresa inicial, todos los visitantes vestidos nos saludaron con la mano con una encantadora normalidad.
Paramos pues, ante una valla de entrada donde aparecía el cartel con el nombre de la Finca. Allí, Daniel Barbero, Teniente de Alcalde del municipio, nos pidió a todos hacernos una foto juntos como recuerdo de la visita antes de proseguir la marcha hacia la parte alta.
Manuel nos proporcionó botellines de agua, pues el calor apretaba ya demasiado y agradecimos ese nuevo detalle hacia nosotros.
A medida que seguíamos subiendo por la nueva zona, el propietario nos fue explicando la maravilla que estábamos contemplando allí: árboles frutales de litchis, longan, yuzu, jackfruits… árboles asiáticos que difícilmente podríamos contemplar en otros lugares y de la que algunos ni conocíamos su existencia.
Pues toda esa maravilla existe y vive allí como si estuvieran en su espléndido hábitat natural.
Luego, llegamos hasta una zona plagada de árboles de Papaya. Nuevamente, fuimos invitados a probar el fruto pero ésta vez, tendríamos que ganárnoslo nosotros mismos cogiendo los que quisiéramos. Eso si, con un método muy especial de recolección: una larguísima vara con una especie de red metálica en su extremo. Fue increíble poder coger frutas de papayas nosotros mismos de esos árboles tan altísimos.
Junto a las papayas, vimos Plataneras rojas y árboles de nueces de Macadamia y también se nos invitó a probar todas las nueces que quisiéramos (advirtiéndonos de no hacerlo si tuviéramos alergia a los frutos secos, claro).
Rompíamos la corteza del fruto de la manera más natural posible, con grandes piedras que estaban esparcidas en el suelo. Y luego comiéndolas allí mismo. Yo nunca había probado una nuez de macadamia tan deliciosa y con un sabor tan potente como tenían estas.
Según proseguíamos la subida, vimos también infinidad de Pitahayas y nos explicó que para polinizarlas de una manera natural, esto solo puede ocurrir durante la noche, una única noche que es la que dura su flor. En América del Sur, de donde es originaria ésta planta, es una especie específica de murciélagos comefrutas la que realiza esta labor polinizadora. Pero ni en Europa, ni en España ni en Almuñécar, existen esos murciélagos y por eso, la polinización de esas pitahayas que estábamos viendo, la debía realizar él mismo ayudado de un pincel en la única noche del mes de agosto en la que sus flores florecen para secarse a la mañana siguiente. Si la polinización se ha hecho correctamente, el fruto se irá formando dentro de la flor seca.
Nos propuso la idea de acompañarle en agosto durante este proceso, cosa que a todos nos pareció una fantástica idea.
Observamos también, a una distancia prudencial, las colmenas de abejas, pues allí él mismo las cuida y recolecta su miel.
Llegamos a la recta final. Un pequeño llano en una de las laderas de la montaña y allí nos habían preparado una riquísima y abundante degustación de productos de la finca: Una macedonia de frutas del lugar, aguacates de tal sabor e intensa suavidad que parecía verdadera mantequilla, queso mezclado con la miel de sus abejas, mermeladas de tomate cherry, jengibre, limón, nísperos (o níscalos)…. una auténtica maravilla de final para aquella aventura tan especial que, además, habíamos realizado totalmente desnudos.
Los ediles del Ayuntamiento y nuestra presidenta, Agar Toro, nos dirigieron entonces unas palabras a todos los asistentes.
Los políticos, agradeciendo la labor que desarrollamos como protectores del nudismo dentro y fuera de Cantarriján, y agradeciéndonos que abriéramos fronteras, tanto geográficas como mentales. También por ser unos transmisores de lujo dando a conocer las maravillas de Almuñécar desde un punto de vista tan especial.
Agar, nuestra querida Presi de AAPNC, agradeció igualmente la total implicación de toda la Corporación de Almuñécar y de los organismos oficiales municipales con nuestra asociación. Algo nunca visto antes a este nivel, en ningún otro municipio de España.
Los concejales tuvieron que marchar, pero nosotros continuamos un rato más allí, pudiendo comprar aquellos que quisieron, algunas bolsas con el café de la finca, miel, las riquísimas mermeladas que habíamos probado… ¡incluso un delicioso licor de Ron que también pudimos paladear y que igualmente se hacía en la zona!.
Volvimos nuevamente a los coches. Esta vez para continuar y acabar nuestro día de nudismo en la playa de Cantarriján, no sin antes comentar entre todos lo fantástica e increíble que había resultado ser la experiencia. Un experiencia doblemente natural y que esperamos poder repetirla nuevamente en el futuro.