¿POR QUÉ CANTARRIJÁN ES UNA “PLAYA NUDISTA”? 

Ya hemos contado en numerosas ocasiones que Almuñécar, municipio donde se enclava nuestra playa de Cantarriján, carece de ordenanza de playas. Su regulación de uso, y la de todas las playas locales, se establece a través de bandos o decretos municipales. Y siempre enfocado a una normativa que habla de cosas tales como de la regulación de carpas y tiendas de campaña, de estacionamiento de vehículos, ordenación sobre pesca o caza, uso de embarcaciones, etc…nunca se ha usado para regular el uso público que les diga a los usuarios como deben o no ir vestidos en cualquier lugar de su localidad. 

Almuñécar es claramente un municipio en el que su administración entiende y respeta las libertades individuales de expresión e ideología por los que nos ampara la Ley. Que las playas son enclaves públicos y que nadie puede regular su uso. 

Si alguna vez llegara a establecerse una ordenanza, sabemos que en ella se protegerá ésta libertad y se promoverán los espacios tradicionalmente de usanza nudista.

De hecho, ya lo hace en todos aquellos medios de difusión de los que dispone, sobre todo en el sector turístico.

En su web, apps, Ferias nacionales e internacionales, se habla del nudismo sin tapujos y de los dos maravillosos enclaves aconsejados para ello que tiene la localidad.

Su implicación a la hora de tratar con normalidad el nudismo, de promoverlo y de darle una difusión real y constatada a los valores del naturismo, es algo que muy pocos Ayuntamientos en España están haciendo en la actualidad.

En un gran cartel a la entrada del término municipal se puede ver, bien grande, el orgulloso anuncio de Cantarriján como playa nudista. 

Lo hemos dicho en muchas ocasiones y nos reiteramos: el Naturismo/Nudismo es para todos y debe estar al alcance de todos. No es una logia secreta.

Es imprescindible que la normalidad, la absoluta naturalidad, el bienestar y la sostenibilidad que entraña el Naturismo y las playas en las que tradicionalmente se ha practicado desde siempre, sea de dominio público y conocido por todos, practicantes o no de él. Porque de ninguna otra manera, otras personas tendrán la oportunidad de animarse a probarlo. A sentirse en consonancia con el medio nudista que les rodea y a invitarles a que así lo hagan. O incluso a poder decidir (con el conocimiento que da una promoción nudista bien hecha) si es una playa que se ajusta a sus preferencias para pasar el día.

Pero realizando una publicidad adecuada, como la que realiza el Patronato de Turismo de Almuñécar en cada Feria Turística Nacional e Internacional a la que acude, y en la que informa que tal o cual lugar es un enclave potenciado y aconsejado para el nudismo, las cosas van a mejorar. Y mucho.

Tampoco hay que obviar que canalizar la promoción de un enclave naturista debe ser prioritario hacerse en todos los canales nudistas informativos existentes, pues la idea es volver a atraer y a recuperar a los usuarios naturistas que se han ido perdiendo en éstas playas pero, como decimos, sin dejar de contar con los nuevos que puedan unirse a ésta filosofía, a que se respete su tradicional trayectoria nudista y a impulsar la naturalidad de estar sin ropa en estos lugares tan propicios para ello.

Esa es la mejor manera en la que una administración puede implicarse para proteger nuestra filosofía y modo de vida nudista.

Pero entremos en la materia que nos ocupa.

¿POR QUÉ CANTARRIJÁN ES Y DEBE SER UNA ”PLAYA NUDISTA”?

La Federación Española de Naturismo (FEN), de la que formamos parte integrada, estableció hace algo menos de seis meses, un documento de trabajo en el que, además de un buen indicador que sienta las bases de cómo debemos trabajar y colaborar con las administraciones políticas para normalizar el naturismo, hablaba de que tipo cartelería y nomenclatura sería la idónea para establecerse en aquellas playas y calas empleadas para el nudismo.

Las administraciones no deben tener la potestad para decidir sobre el uso de un espacio público como es una playa. Y esto pese a las últimas sentencias del Tribunal Supremo que se han pronunciado en contra de ésta libertad, dando a los Ayuntamientos ésta dudosa capacidad de actuación.

Para ello, desde la FEN se aconsejaba usar la terminología “Uso Nudista Recomendado”. Una frase amable y conciliadora que, sobre todo, no iría en contra de nuestra apuesta en común por verbalizar su absoluta legalidad de cara a los consistorios con los que se trabaje.

Con ésta nomenclatura, dirigida a no entrar en incongruencias sobre potestades legales y también a no ir en contra de nuestro ideario de “El Nudismo es parte de nuestra libertad de expresión e ideología y plenanente legal en nuestro país”, se establece ésta vía de retórica linguística para evitar una negativa a primera instancia ante las administraciones más reticentes a normalizar el nudismo.

Aún así, y a la hora de señalizar cualquiera de nuestras playas de usanza nudista, la Política de Playas de la FEN también tenía en cuenta otros factores necesarios que varían cuando una administración es más pronudista, menos proclive a normalizarlo o, directamente, contraria al nudismo. 

Y por supuesto, atendiendo a las circunstancias sociales que se viven en cada playa.

A esto, precisamente, hace referencia uno de los añadidos que nuestra asociación introdujo en el mencionado ideario Federal (a través de una moción de modificación) cuando el texto fue sometido a debate y a una posterior votación en el transcurso de una Asamblea Extraordinaria conformada por todas las asociaciones españolas que están federadas:

“Esta moción sobre la Política de Playas es un marco de actuaciones y sugerencias que podrá ser adaptado a la realidad del entorno de acción de cada una de las asociaciones miembro, en beneficio de la protección y preservación del nudismo de cada playa o zona, pudiendo adecuarse a su contexto local y a sus necesidades específicas”.

Y es que, cada playa nudista es un mundo distinto en cuanto a como se vive y experimenta allí el nudismo. Si hay invasión textil, si no la hay, si tiene tradición o si, por contra, es de nueva creación. Un sinfín de peculiaridades que hay que tener en cuenta si o si, si se quiere proteger o defender una determinada playa (adecuadamente y de manera efectiva) ante un textilismo invasivo y sin miramientos.

Y eso mismo, el alto textilismo porcentual, es lo que ocurre en Cantarriján.

Durante años, la falta de información y difusión (intencionada o no) del carácter y de la tradición nudista de ésta playa, fue mermando el número de nudistas que acudía a ella. Los nudistas, se veían arrinconados en la segunda cala. Y cada vez, ocupando menos terreno.

Cantarriján se iba haciendo más conocida en el mundo del turismo de masas sin hacer ninguna mención a su tradición sobre el nudismo. El boca a boca (al ser una playa preciosa en un entorno natural majestuoso), la ocasional visita de famosos o personajes socialmente conocidos, los restaurantes que estaban enfocando una nueva publicidad no-nudista destinada a esa profusa y textil clientela que se iba añadiendo cada año, la instalación de un bus lanzadera durante el verano sin ningún tipo de explicación sobre su carácter nudista…En fin, ya lo saben, un despropósito.

A eso le unimos la inexistencia de cartelería. Únicamente una pequeña señalización a pie de carretera en la que se hace referencia al naturismo y que apenas es visible.

Cantarriján, una de las primeras playas andaluzas en autorizarse para el nudismo en los primeros años de la Democracia y donde era extraño ver bañadores, estaba en serio riesgo de exclusión nudista. Prácticamente, en fase terminal.

Los que conocéis nuestra trayectoria, ya sabéis de sobra que es lo que hemos hecho y lo que hacemos aquí para revertir sin descanso ésta situación. Intentamos proporcionar “una cura” para esa ”enfermedad” que estaba acabando con su tradición y su posicionamiento nudista.

Emprendimos varias líneas de actuación: Con las tres administraciones de las que depende en mayor o menor medida (Ayuntamiento, Mancomunidad y Junta de Andalucía), con los Chiringuitos, empresas de transporte, otras asociaciones de carácter medioambiental, etc…

Y por supuesto, centrándonos en la importancia que tiene que una playa, tan en peligro de perderse como es ésta, tenga una señalización adecuada y acorde a las terribles circunstancias ya relatadas.

No sin muchas trabas en el camino, finalmente conseguimos que desde el Ayuntamiento se instalara una vela publicitaria que rezaba “Playa de Tradición Nudista”, justo en la zona del arenal donde el bus descarga a sus visitantes.

Utilizamos esa primera nomenclatura por consejo de la FEN. Era la opción de señalización más amable que se estaba aconsejando en ese momento y, a fin de cuentas, en ella se hacía referencia a su larga trayectoria naturista. “Podría funcionarnos bien”, pensamos.

Si, pues “leche y habas” para nosotr@s. Aquello no solucionó, y ni siquiera mejoró, el problema de creciente textilismo. 

Tristemente, nomenclar con “playa de tradición”, y en funcionalidad, no parecía ya servir de mucho aqui. Bien es cierto que su tradición ya es algo que viene dado implícitamente por el uso de décadas en ella y que le han otorgado los propios bañistas nudistas. Las administraciones son las que deben promover y usar más este terminología en (de haberlas) ordenanzas, decretos, bandos municipales, etc…para promover y justificar su aconsejado, y dilatado en el tiempo, uso para la práctica nudista.

Pero esto no tenía porqué quedar necesariamente reflejado ni ser práctico para la cartelería de una playa con una tan grave problemática como la que se vivía aquí.

Un usuario textil que lo lee, entiende que no va a hacer uso de esa tradición y ya está. Que vale, pero eso “no va dedicado a mi”. “Es mi primera visita y no tengo en consideración la tradición de aqui”. “Gracias por la info, pero eso no va conmigo”.

Hay que decir que tampoco “acababa de cuajar” en la mayoría de los propios nudistas asiduos a nuestra playa. Ellos ya conocían ésta tradición, pero respecto a la utilidad y a los resultados, entendían que aquello por si sólo, no valía. No aportaba una resolución efectiva a lo que se pretendía conseguir.

Poco tiempo después, la “vela” fue vandalizada y volvimos a estar sin cartelería.

De nuevo sin una señal informativa, tratamos el tema otra vez. Hablamos con otros usuarios cantarrijanos, con soci@s que manifestaron su parecer en Asambleas, con el Concejal de playas…

La necesidad de emitir un mensaje más contundente para Cantarriján, se hacía cada vez más prioritario.

Ahora, todo aquel que accede a ésta playa, encuentra una cartelería que anuncia “Playa Nudista”. 

Sabemos que éste es un nombre que se utilizaba hace muchísimos años (con una democracia todavía en pañales) para señalar en que playas se toleraba el nudismo y así separarlas de las que se prohibía.

Pero ahora el trasfondo legal del mensaje es otro. El Nudismo no está ni prohibido ni regulado por ninguna Ley Orgánica que impida la decisión de uso que cada persona quiera hacer en ella. Éste mismo nombre, que antes era diferenciador y prohibitido, ahora es únicamente informativo. Y máxime en aquellos municipios, como Almuñécar, donde no tiene cabida la intolerancia libertaria hacia las personas.

Y sin ser una terminología legalmente privativa de libertades individuales, el usuario no-nudista que lo lee, entiende mucho más claramente la consideración y la respetabilidad que ha profesar aquí. 

Aunque sea, como decimos, una mera información sin ninguna implicación impositiva legal. Nada le prohibe a un no-nudista quedarse vestido. Y en aspectos legales, da igual lo que ponga porque eso no significa que “En ésta te puedes desnudar, pero en el resto no”. No conlleva una guetización judicial ni social tácita, que es precisamente contra lo que luchamos en nuestro activismo de amplio espectro.

Pero es que además, con ésta nomenclatura, se infiere una información mucho más contundente y que el textil capta enseguida. 

En Cantarriján, el término playa nudista desprende que vas a acceder a un enclave donde ya existe una trayectoria nudista/naturista consolidada, pero también transmite un evidente y categórico mensaje más: el de reflexionar, considerar y, sobre todo, el de interpelar al respeto en su actitud.

Decidimos que, para nuestra playa, ésta podría ser la vía correcta. O, al menos, la que mejor podría responder a la “amenaza bañadoril”.

Al otro lado de la balanza, el termino uso nudista recomendado. Una frase correcta que insta mas a la invitación potestativa: “desnudate si te apetece¡te lo recomendamos, si!

Te invitamos a hacerlo porque es un lugar propicio para ello. 

Pero, a efectos prácticos, en las playas y calas donde existe un serio peligro de perderse el nudismo, nunca debería usarse la frase “uso recomendado”. Una frase llena de prudente condescendencia y que sólo parece estar (aunque en realidad no sea así) dirigida al público textil masivo. Textiles que entienden que la recomendación es una invitación que se agradece, pero que no ven necesario “respetarla” y que no te hace pensar en las consecuencias de desaire hacia los demás que podría tener la no aceptación del consejo.

De hecho, muchos textiles pueden llegar a pensar que los que se desnudan en una cala o playa “amenazada” y donde exista ésta terminología de “recomendación”, los que están de más son los propios nudistas. Las 10 o 12 personas que están desnudas son las que al final quedan expuestas y en el punto de mira de un grupo no-nudista e incluso se bromea sobre ello, haciendo reconsiderar a un nudista si está en un lugar adecuado.

Para trabajar con las administraciones, ésta formula puede ser muy efectiva en ordenanzas y escritos. Usarla con ellos es altamente positivo y necesario. Pero para un rótulo que anuncia una particularidad a tener en cuenta, sin precepto alguno en ello, hay que analizar la información que se pretende emitir y el impacto reflexivo que recae sobre el visitante.

Hay playas, por ejemplo, donde no existe amenaza de invasión textil y en la que conviven varios tipos de señalización. Por ejemplo, en la Platja del Torn (Hospitalet De L’Infant – Tarragona) podemos encontrar coexistiendo grandes carteles de Platja Nudista y Platja Naturista con otros de Zona Dús Nudista (Zona de Uso Nudista) y Ús Nudista Recomanat (Uso Nudista Recomendado), que se instalaron posteriormente. Aquí no encontraremos problemas invasivos porque nunca los hubo. Y se ponga el texto que se ponga, el aporte siempre será positivo hacia el nudismo.

En playas en riesgo, como Cantarriján, por desgracia la palabra recomendar (en una cartelería) es todavía sinónimo de seguir perdiendo en porcentaje nudista.

El término “playa nudista”, en cambio, es una nomenclatura enfocada a enviar un mensaje más claro y conciso a todos los usuarios: Textiles y nudistas

Los textiles entienden mejor la sobriedad del termino, no tan friendly como el de la recomendación (aunque ambos anuncios impliquen e interpelen exactamente lo mismo a niveles legales) y los nudistas saben perfectamente que este es un buen lugar donde estar sin ropa, donde se hace evidente la sugerencia (en unos términos que no hacen dudar a nadie) del disfrute de la playa en desnudez sin temor a dudas ni tener que sufrir miradas acusadoras o de asombro.

Se pide y se desprende consideración al nudista y al nudismo en dos únicas palabras, sin implicar una imposición legislativa. El que no lo hace ni le gusta lo que ve, está en su derecho, pero sin duda es el que claramente puede estar de más allí. Por cada playa de uso o tradición naturista, hay cincuenta que carecen de tal evocación y creemos que a la hora de ir a un arenal, nadie quiere sentirse incómodo. Uses o no un bañador.

Incluso una señalización que únicamente diga “Playa de Uso Nudista” (sin la coletilla de ”recomendado”), podría ser también una evolución eficaz y resolutiva para nomenclar todos los enclaves naturistas, tanto para los amenazados como para los que no tienen un peligro de invasión de bañadores constatado.

Tal vez ese sea un planteamiento futuro a considerar para nuestra playa.

Pero desde la FEN, se comprende perfectamente la situación actual de Cantarriján porque se ha explicado debidamente ante sus representantes en Asamblea y, con la libertad de acción que tenemos cada colectivo, apoyan que las asociaciones hagamos uso de aquellas señalizaciones que más ayuden y contribuyan a mejorar actualmente el nudismo de nuestra playa.

El caso es que “Playa Nudista de Cantarriján” nos está funcionando realmente bien por el momento y está ayudando a salvar el nudismo cantarrijano. 

Queda mucho trabajo por hacer aún, eso lo tenemos claro. No todo depende de un cartel. Y esa labor, la venimos desarrollando a través de acciones, propuestas y actividades nudistas con nuestros socios a pie de playa. Algo que crea un claro “efecto nudista dominó” de todas todas.

Pero en lo que a cartelería se refiere, a día de hoy, la nuestra está siendo aquí tremendamente efectiva.

En los dos últimos veranos, y pese a la pandemia que ha empujado a muchísimas personas a buscar playas más naturales y menos masificadas, hemos visto como el nudismo sigue expandiéndose en la primera cala y que en la segunda, vuelve a ser casi del 100% incluso en días puntales del verano.

Que muchos textiles vuelven a respetar la usanza nudista de éste arenal. Que otros incluso se animan a estar en consonancia con lo que se desprende de la señalización y se desnudan (¡Benditos culillos blancos!). 

Pero no hay que bajar la guardia. Un simple cartel no es fórmula de la Coca-Cola ni es la piedra filosofal. Esto debe ser un trabajo constante para no perder el ritmo. 

Y con todo esto que hemos dicho, no pretendemos afirmar que las frases “Tradición Nudista”, “Uso Recomendado” o “Uso Consolidado” no sirvan para señalizar. En absoluto. Claro que sirven y son útiles. En otros enclaves no amenazados, seguro que lo son. 

Pero no aquí. No en nuestra experiencia, en lo que vivimos día a día en nuestra playa. No para defender una playa en pérdida de nudistas. No para proteger Cantarriján del textilismo incipiente.

No podemos jugarnos el destino del nudismo en Cantarriján a los dados y ver si otra nomenclatura nos va a funcionar aún mejor de lo que ya lo hace ésta.

Tal vez algún día podamos decir que el nudismo está completamente a salvo y asegurado en nuestra playa. ¡Sería la mejor de las noticias no sólo para nosotros, sino para todos los nudistas y naturistas del planeta!

En esa coyuntura, tomaremos otras determinaciones acorde a lo que ya hemos dicho al respecto de su señalización. Pero todavía eso no ha sucedido.

Al menos, no por el momento.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.